top of page
Entradas destacadas

El Administrador de Voluntades como potenciador de las sinergias


Una palabra que debe considerar todo Administrador de Voluntades como nervio motor para movilizar y alinear fuerzas es la sinergia.

Este término se refiere a la capacidad que tienen dos o más personas, áreas, comunidades, etc. para generar mayor valor (valor agregado), trabajando juntas.

Lo que es importante de la sinergia es que nos propone el uso de la unidad de fuerzas para lograr desarrollar una actividad determinada.

En lo que respecta a los criterios que debe emplear el Administrador de Voluntades para gestionar adecuadamente la energía que produce la sinergia, estos son:

  1. Tener la claridad para entender que la unidad de las fuerzas se da porque se reconoce que generan más valor agregado que el que pudiera obtenerse del trabajo realizado por separado.

  2. La unidad debe ser consensuada para que los agentes involucrados amplíen su conocimiento y, consecuentemente, su libertad de acción.

  3. La clave para maximizar la sinergia estriba en construir sumando a partir de las diferencias.

Un cambio de visión en el concepto de alineación estratégica para fortalecer la sinergia de una comunidad:

Actualmente, quienes tienen equipos de personas a cargo, buscan constantemente cumplir o exceder objetivos que se les son asignados, con el ánimo de obtener a cambio, un reconocimiento determinado. En función de esa consigna saben que tienen que definir estrategias y, en función de ellas, alinear los recursos disponibles, conocer y transitar por los procesos alcanzados por su avance y definir las herramientas que serán necesarias para poder registrar y comunicar los resultados.

Conociendo esta histórica metodológica, resulta necesario conocer las consecuencias que produce la falta o escases de uno de estos componentes, más allá de los efectos que pueden producir en el cumplimiento de la meta deseada o, lo que es peor, en su salud y en la de su equipo.

Dicho esto, quien no define, o define vagamente estrategias, sufrirá “tropiezos” y encontrará en la Ley de Murphy la explicación sobre ellos. Si no se atreve a definir estrategias claras algo de esto sucederá en el tiempo:

  • Si algo no puede salir mal, saldrá mal.

  • Cualquier intento de mejorar las cosas sólo sirve para empeorarlas.

  • Cualquier intento de no hacer nada para no empeorar las cosas saldrá mal.

En lo que respecta a los recursos, dentro de este concepto, se sigue considerando al ser humano. Para desarrollar la libertad de acción que requerirá el Administrador de Voluntades más adelante, extraeré de los recursos al “FACTOR HUMANO”, definido así dado que éste es “crítico” para el éxito de la generación de sinergias.

Hecha esta salvedad, diremos que la falta o escasez de factor humano produce “impotencia” y la de recursos, “frustración”.

Cuando carecemos de procesos claros, aparece como huésped y no como invitada a la fiesta, la “ineficiencia”.

En este punto vale la pena aclarar que no es lo mismos hablar de procesos, que de procedimientos. Proceso significa ¿Qué hacemos?, y procedimiento el ¿Cómo lo hacemos?

Ej. Proceso: Comprar – Procedimiento: que pasos sigo para realizar una compra.

Para referirnos a herramientas, en el área de la alineación estratégica, se refiere al sistema formal y sistémico de información. Deducimos al hablar de ella, que su falta genera “desconexión” entre la comunidad.

El Administrador de Voluntades no está libre de sufrir estos avatares que la falta de alineación estratégica propone. La diferencia más que sustancial está dada en que éste fija su filosofía de administrar y potencia la sinergia en una “Quimera”, y no en un objetivo.

Recuerden de la nota anterior que la Quimera es un sueño que, luego de despertarnos, nos proponemos hacer realidad. Esta gobierna los objetivos y, siempre que vayamos detrás de la concreción de ese sueño con convicción, podremos, como comunidad, mantener, generar nuevos, modificar o dar de baja, objetivos.

Volviendo al desafío del Administrador de Voluntades sobre la sinergia esperada y la alineación estratégica, esta figura deberá interpretar que las estrategias imponen en él la vocación de “orientar” a su equipo.

Cuando el factor humano es el punto a evaluar, su sentir, su pensar, su dicción y su acción deben estar orientados hacia la “formación” de su gente.

Si de recursos se trata, éste debe procurar los medios para lograr obtenerlos en su justa medida. Estamos hablando de “inversión equilibrada” como consecuencia de la utilización del criterio del uso de “recursos compartidos”.

Entramos ahora en el ámbito de los procesos. El Administrador de Voluntades debe reconocer que su esfuerzo, en este punto, estará en alentar la “integración” de su comunidad, “potenciar” sus conocimientos y “matizar” sus comportamientos.

Por último, cuando deba considerar la herramienta a utilizar, su labor estará dada en el desarrollo de mecanismos claros, abiertos y disponibles de “comunicación”. Sobre este particular debe prever y minimizar los posibles conflictos que dichos sistemas puedan producir en la comunidad.

Si estos aspectos son tenidos en cuenta hemos logrado exaltar y comprometer a este nuevo personaje con las comunidades presentes y futuras.

En cada uno queda la elección de trazar su camino, usando una de las propuestas que les dejo a continuación:

Y se animaron a ser libres...

Vuelve pronto
Una vez que se publiquen entradas, las verás aquí.
Entradas recientes
Archivo
Buscar por tags
Síguenos
  • Facebook Basic Square
  • linkedin_logo
bottom of page