Direccionar te propone maniobrar sin sobresaltos.

A lo largo del día mantenemos relaciones interpersonales que están plagadas de desafíos.

Verlas de esta manera nos permiten adentrarnos en la concepción misma de la comunicación estratégica.

Ésta disciplina sostiene que todo ser que se comunica, debe contemplar que tiene alta probabilidad de generar un conflicto. Es el arte de saber articular la dialéctica lo que minimiza la aparición de ese evento no deseado.

Ahora bien, ¿Qué ocurre cuando no podemos evitar generarlo?. Cuando esto ocurre, aparecen cualquiera de los siguientes comportamientos que presentan la cara más negativa de las personas. Estas belicosas actitudes son:

1.- Comportamiento de “tanque de guerra”: correte que te piso. Manifestar esta conducta es sinónimo de búsqueda de confrontación directa; ir al choque. Se caracteriza por ser mordaz, agresivo, iracundo y poco respetuoso.

2.- El certero “ francotirador”: expresarse de esta manera pone a la luz comentarios groseros, expuestos con gran sarcasmo y que busca ridiculizar a los demás.

3.- La “granada” de mano: tras un breve periodo de calma se explota produciendo un comportamiento vociferante indiscriminado, cual metralla, y con comentarios disparatados sobre cosas que nada tienen que ver con las circunstancias actuales.

4.- El “comandante de escritorio”: cuando se adopta esta conducta casi nunca dudamos, tenemos una tolerancia baja a que nos corrijan o nos contradigan. Si algo va mal hablaremos con autoridad sobre quien es el responsable que siempre será otro.

5.- El “navegante sin compás”: los que se comportan de esta forma no suelen engañar a todas las personas de su entorno, pero si consiguen hacerlo en muchas ocasiones sólo por el placer de llamar la atención.

6.- El “Afirmativo, y por las dudas, positivo”: este comportamiento se caracteriza por los intentos de agradar y evitar la confrontación, que conducen a quienes lo adoptan a decir sí sin pensar bien en las consecuencias. Reaccionan ante las últimas demandas que les hacen olvidando compromisos previos y se sobrecargan de obligaciones ajenas con lo que no tienen tiempo para ellos, lo que les ocasiona sentir resentimiento hacia los demás.

7.- El “Vanguardista que no se desprende de la retaguardia”: cuando tienen que tomar una decisión estiran el tiempo como si se tratara de una goma de mascar con la esperanza de que surja una mejor elección. Lo que suele ocurrir es que llega un momento en que la decisión va a surgir por si sola cuando ya puede ser demasiado tarde.

8.- El que "No zarpa o suelta amarras”: no surge nada de este comportamiento, ninguna retroalimentación ni expresión verbal o no verbal. No se puede esperar nada de la persona que adopta esta conducta.

9.- El “Negativo, por las dudas”: este comportamiento es capaz de derrotar grandes ideas con una sola sílaba: “No”. Es destructivo para la moral de los demás. Disfrazados como personas suaves y normales si descubre esta conducta póngase el casco porque se avecina una batalla.

10.- El “que le pesa la mochila”: el que actúa de esta forma se siente sobrepasado e indefenso ante un mundo injusto. Su estándar es la perfección, pero nadie ni nada lo alcanzan. No sólo se sienten ellos mal sino que buscan compañía.

11.- El “Sargento instructor”: suele proponer un estándar que nadie puede alcanzar, para posteriormente juzgar y criticar.

12.- El “Oficial sin experiencia”: cree que sabe lo que es mejor para los demás, decide que son incapaces y busca dirigir la vida de éstos.