Las crisis como procesos revolucionarios en las organizaciones
Los que trabajamos cotidianamente analizando, desarrollando e implementando planes estratégicos en distintas comunidades, a diario debemos lidiar con la forma en que comunicamos cualquier evento que pueda originar en el futuro, una crisis estructural.
Es que cuando mencionamos esa palabra, sí, esa que empieza con “Cri” y termina con “sis”, observamos en el otro cómo se le eriza la piel, por el solo hecho de pensar que ante ellos encontraran una situación grave y decisiva que pondrá en peligro el desarrollo de una actividad o un grupo determinado de ellas.
En realidad, cuando se avizora en el horizonte la silueta de una crisis, debemos interpretar que lo que sobrevendrá será la posibilidad desafiar una coyuntura de cambios que modificarán aspectos de una realidad organizada, aunque inestable.
Dicho ésto, debemos considerar entonces, que en toda comunidad organizada las c_ _ _ _s (la expongo así para que Ud. complete y de esa manera, evitar nombrarla), sobrevienen, dependiendo del tamaño y del tiempo que tengan en un escenario determinado, y como consecuencia de un proceso evolutivo (entiéndase por tal, al crecimiento prolongado durante los cuales no ocurren trastornos mayores en las prácticas de las comunidades).
Por lo expuesto, podemos afirmar que las crisis representan trastornos que responden a un proceso de evolución y que deben ser tratadas al igual que una persona convaleciente, para que, una vez subsanadas la comunidad pueda seguir desarrollándose saludablemente.
En el campo estratégico, la evolución sin problemas no es evitable, el crecimiento en el tiempo nunca es lineal. Las crisis son, aunque molestas, necesarias.
Pese a lo dicho, muchas veces se pretende esquivarlas y arrastrarlas mientras se sigue creciendo, sin considerar que el crecimiento no es evolución, si acarreamos crisis de distinta naturaleza.
Las distintas crisis no resueltas provocan conflictos en el comportamiento humano, en las interrelaciones entre actividades y en los sistemas y/o métodos de comunicación.
En resumen, los invito a tratar los períodos de crisis como una oportunidad para cambiar y mejorar, enfrentándolas como un verdadero desafío comunitario conforme se vayan presentando, para que todos se sientan, no solo partícipes de ese proceso de cambio y solución, sino también como constructores del próximo proceso evolutivo.
Si por el contrario se opta por el camino fácil de esconder bajo la alfombra las distintas manifestaciones de crisis, éstas se irán acumulando dejando las puertas abiertas para que ingrese, sin invitación previa, aunque anunciada, el CAOS que traerá como funesto obsequio, el desorden y la confusión absolutos.